jueves, 12 de agosto de 2010

¿Carpe diem? Mucho más que eso..

Es un sentimiento, una intuición….no. Consiste en ver mucho más allá. Cuando sabes que algo desagradable está ahí, esperando con los brazos deseosos de captar, penetrar y obtener su objetivo. Por supuesto que hay resistencia, siempre la hay. A veces ésta es una mínima e insignificante armadura que no obstaculiza el choque frontal. Demasiado débil. Un cáncer imposible de curar, es un simple y usual ejemplo. No hablo de cáncer, ni de una enfermedad incurable, no, no no.
¿Qué se siente al saber tu “posible, muy posible” futuro, cuando es bastante, por decirlo así, desagradable, malévolo?
Además hay que añadir que ya has pasado por esa situación dos veces, sabes de sobra a lo que te enfrentas, lo que sucede, las consecuencias…
Volver a luchar, o mejor dicho, no dejar de hacerlo sería un gran calificativo para esta vida.
Encendida la luz, se elimina el ejército que nos hace ser cuidadosos. Eso ya da igual.
Y entonces con los ojos muy abiertos, con la mente tan despejada que es increíblemente transparente, traslúcida, se abre el telón.
Se adentra en un profundo mundo, un nivel al que seguramente millones de personas no han llegado, y quizás no llegarán.
Escucho risas, demasiadas. Se llama alegría, alegría de vivir. Disfrutar hasta que ese momento llegue y cogerlo todo por los cuernos. Esos brazos tendrán que esperar para conseguir su objetivo, no será nada fácil. La mente es un gran laberinto, a veces no hay salida, pero cuando la hay somos unos seres capacitados para evolucionar y enfrentarnos a las más complicadas adversidades.
Admiración. Evolución. Superación.

El telón seguirá abierto durante mucho tiempo. Sigo escuchando risas, muchas risas….


Camomila.